Roberto Valentino: «El jazz y el vino crean una atmósfera que permite apreciar mejor los sabores y aromas»
En la confluencia de las calles Salvador Abril y Maestro Josep Serrano, dos baluartes de la cultura valenciana, se encuentra Piccola Enoteca Gastronómica, también conocido como «El Rincón del bebedor». Dirigido por Roberto Valentino, este espacio acogedor invita a sumergirse en el mundo del vino, no solo como bebida, sino como una expresión artística con una historia que contar.
Piccola Enoteca Gastronómica es conocida también como el “Rincón del bebedor”. ¿A qué se debe este nombre?
Roberto Valentino: Es un espacio acogedor entre dos calles que poseen un flujo constante de personas en su día a día. Esta denominación nace de un juego de palabras, de una coincidencia que refleja la esencia del lugar. Más que un simple bar de vinos, es un rincón para los que se acercan al vino en forma de cultura y arte. Un rincón donde se celebra el placer de disfrutar de una buena copa que tiene detrás una historia por descubrir.
¿Qué diferencia a este lugar del resto de rincones vinícolas de Valencia?
R.V.: A diferencia de la prisa que impera en la hostelería moderna, Piccola Enoteca Gastronómica te invita a tomarte tu tiempo, a saborear cada sorbo y a descubrir la historia que encierra cada botella. Aquí no hay mesas con tiempo limitado, solo un ambiente acogedor donde poder disfrutar del vino y la compañía.
A mí, como apasionado del vino y de esta clase de rincones, me gusta conversar con mis clientes y compartir mis conocimientos e historias de cada productor.
¿El vino valenciano es el protagonista?
R.V.: La selección de vinos en esta Enoteca es variada, pero con una especial atención a los vinos de la DO Valencia, ya que Piccola forma parte de la Ruta del Vino de Valencia. No obstante, la demanda depende, sobre todo, de la temporada. Los vinos blancos son los más solicitados, y entre ellos destacan Les Freses y L’ Horabona, de Alicante. El vino de la Comunitat tiene una gran acogida.
Cuando mencionas que cada una de vuestras botellas tiene una historia que contar, ¿a qué te refieres?
R.V.: La historia que habita detrás de cada botella, es la del productor que la ha elaborado. Detrás de cada sorbo se esconde la dedicación de un enólogo, un viticultor y un proceso artesanal que merece ser reconocido. Más que contar las características del vino, me centro en transmitir la pasión y el trabajo que hay detrás de cada creación.
Al ofrecer vinos de DO Valencia tengo la posibilidad de conocer a los productores personalmente. Así, puedo hacer de intermediario entre ellos y mis clientes, transmitiéndoles todo el trabajo que conlleva la fabricación de cada botella.
En cuanto a la música, lo que más abunda en el “Rincón del bebedor” es el jazz. ¿Dirías que es la mejor música para acompañar una velada junto a una copa de vino?
R.V.: Para mí, el jazz es la mejor música para este tipo de ambiente. La idea era crear un local alejado de las prisas y el ruido de la hostelería actual, inspirado en los años 30 y 40, un espacio donde se pueda disfrutar con tranquilidad de una copa de vino y una buena comida. El jazz, con sus suaves melodías y su ritmo pausado, mezclado con las luces tenues del local, crea una atmósfera relajada que permite apreciar mejor los sabores y aromas.
¿Qué tipo de invitados habéis recibido en el local?
R.V.: Durante todo el invierno hemos hospedado al dúo de jazz de Mike Mckoy (guitarra) y Juanjo Martín (saxofón). Todas las noches de los jueves y recibían un gran cariño del público.
En cuanto a la propuesta gastronómica, ofrecéis platos tradicionales procedentes de pequeñas granjas y productos italianos…
R.V.: Más que italianos, son sicilianos. Existe una gran variedad de comida italiana, por ello nosotros decidimos centrarnos en Sicilia, porque provenimos de allí. Y ahora, después de estar tantos años en España, mezclamos ambos sabores, el mediterráneo y el siciliano. El resultado es una cocina casera, elaborada con productos frescos y de temporada, que refleja la esencia de la gastronomía siciliana con un toque español.
Algunos de los platos destacados que servís son…
R.V.: El Montadito Calàbria, que mezcla sabores provenientes de Calàbria en forma de tapa española.’Nduja, que es una salchicha untable con toque picante, queso de vaca calabrese fundido y aceitunas verdes sobe un pan de carbón vegetal. La berenjena con sésamo y sardina ahumada conquista con su sencillez y sabor puro, mientras que la parmigiana siciliana te transporta a Sicilia con sus capas de berenjena frita, salsa de tomate, albahaca y queso parmesano. Los involtini di gamberi sicilianos son un tesoro con relleno simple pero irresistible de gambas, aceitunas, pan rallado y tomates, y los boquerones al beccafico.
¿Dirías que cada plato está diseñado para maridar con un vino distinto?
R.V.: De hecho, esa era la idea inicial. Sin embargo, cuando empecé a traer tanta variedad de vino se hizo imposible hacer una carta detallada para cada vino. Nuestra carta marida muy bien con los vinos que tenemos, pero también organizamos catas de vino o eventos especiales en los que realizamos un maridaje especial para cada vino, siempre de acuerdo con el productor. Hablamos y estudiamos el plato para que pueda maridar a la perfección.
¿Qué es lo que te gustaría que cada persona que visita el «Rincón del bebedor» se lleve consigo como recuerdo de su experiencia?
R.V.: He creado este lugar pensando en lo que a mí mismo me gustaría experimentar como cliente. Soy consciente de que cada persona tiene sus propios gustos y preferencias, y que lo que a mí me emociona puede no ser lo mismo para otro. Sin embargo, hay algo que sí me gustaría que todos los que pasan por aquí se lleven consigo: la sensación de haber disfrutado de un momento especial, de haber podido relajarse, reír y sentirse acogidos.
Este es un lugar donde puedes ser tú mismo, sin máscaras ni pretensiones. Un lugar donde puedes desconectar del estrés del día a día y simplemente disfrutar del presente. Si vienes con la intención de involucrarte y formar parte de la experiencia, este lugar te conquistará sin duda. No es un sitio para tomarse una cerveza rápida y marcharse, sino para dejarse llevar por la atmósfera y disfrutar de todo lo que ofrece.